MEDICINA DEPORTIVA

En general, se piensa que la Medicina Deportiva es una especialidad médica exclusiva de deportistas, como si los deportes fuesen un tipo de ejercicio único, un solo tipo de actividad.

Lo cierto es que cada ejercicio, dentro del requisito básico de gozar de buena salud y forma física, exige mayor esfuerzo y movimiento de una u otra parte del cuerpo, con lesiones y traumatismos específicos en cada caso. Lesiones que limitan la actividad del deportista en cuestión, pero similares, si no iguales, a las que se producen en la vida cotidiana de cualquier persona, sea o no deportista.

La Medicina Deportiva alcanza su excelencia y mayor expresión en el diagnóstico y tratamiento de lesiones que afectan a músculos, tendones, ligamentos, articulaciones… Lesiones que se pueden producir tanto por la práctica de un deporte como por cualquier otro ejercicio físico no deportivo. Hay infinidad de otras causas en la vida de la gente corriente: la propia actividad laboral, secuelas médicas, accidentes, edad, sobrepeso…

Lo que sí es propio y singular de la Medicina Deportiva, lo que la caracteriza, es su afán de conseguir la más eficaz y rápida recuperación del paciente y, en lo posible, también, evitar las intervenciones quirúrgicas. Para ello se requiere un amplio conocimiento multidisciplinar de otras áreas de la medicina como la Nutrición, la Fisiología o la Medicina Interna (hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, etc.).

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